Durante casi tres décadas, el programa ‘Siempre en domingo’, conducido por Raúl Velasco, fue uno de los espacios más importantes de la televisión mexicana. Este show dominical se convirtió en una verdadera plataforma para artistas emergentes y consagrados de todo el continente, dejando una huella imborrable en la industria del entretenimiento.
Un fenómeno televisivo desde 1969
El programa debutó el 14 de diciembre de 1969 por el canal 4 de Televisa, aunque más adelante fue trasladado al canal 2, donde alcanzó niveles de audiencia impresionantes. Se estima que, a lo largo de su historia, logró reunir hasta 350 millones de espectadores. Su formato de variedad y la presencia constante de figuras nacionales e internacionales lo convirtieron en un referente para el público hispanohablante. Además de conducirlo, Velasco también asumió el rol de productor, lo que le permitió adaptar el contenido y vender el formato a otros países de América Latina.
Los primeros indicios del declive
Pese al éxito rotundo del programa, Raúl Velasco empezó a tener serios problemas de salud a finales de los años noventa. En 1998, tuvo que alejarse de las cámaras debido a un trasplante de hígado, y fue reemplazado por su hija Karina Velasco. Aunque su presencia mantuvo vivo el espacio durante un tiempo, parte del público no logró conectar con ella como lo hacía con su padre.
Paralelamente, se dieron ciertos roces entre Velasco y Emilio Azcárraga, el directivo de Televisa, quien impulsó una renovación en la programación de la cadena. Esta decisión llevó a que ‘Siempre en domingo’ redujera considerablemente su duración —en sus mejores tiempos alcanzó hasta seis horas de emisión—, algo que también afectó su impacto.
El final de una era
La última emisión de ‘Siempre en domingo’ fue el 19 de abril de 1998. La decisión de concluir el ciclo vino del propio Velasco, quien fue diagnosticado con hepatitis C, una enfermedad que posteriormente se agravaría hasta convertirse en cirrosis hepática.
Este padecimiento le causaría la muerte ocho años más tarde, en 2006, a los 73 años de edad. Su despedida del mundo televisivo no pasó desapercibida: fue homenajeado en el Teatro Aldama, donde figuras como Fey, Pandora y Thalía —acompañada de un mariachi— se presentaron ante una sala repleta de admiradores. En total, Velasco condujo 1.480 emisiones y generó más de 10.000 horas de contenido, consolidándose como uno de los personajes más emblemáticos de la televisión latinoamericana.
Un legado que aún se recuerda
Aunque ya no está al aire, el recuerdo de ‘Siempre en domingo’ sigue vivo en la memoria de millones de personas que crecieron viéndolo cada semana. Su rol como vitrina de talentos y su capacidad para conectar con el público marcaron un antes y un después en la forma de hacer televisión en habla hispana.